La importancia de vivir en una casa saludable
08/05/2020
El confinamiento debido a la pandemia causada por el Covid-19 obliga a pasar durante estas semanas la mayor parte del tiempo en el hogar. Si ya solemos pasar el 80% de las horas del día en espacios interiores, esta situación hace que tengamos aún más consciencia sobre cómo nos afecta el espacio donde vivimos.
En este contexto, según informa la empresa catalana de construcción sostenible Arquima, la construcción de los edificios puede ayudar a regenerar y reforzar nuestro sistema inmunológico. “Nuestra vivienda debería ser algo más que un simple habitáculo que nos ofrece cobijo y nos resguarda de las inclemencias climáticas; debe ser un espacio personal que potencie la salud y nuestro bienestar físico y psíquico en un marco de salud global”.
Se puede definir como vivienda saludable aquella que no tiene efectos negativos para la salud de sus habitantes ni para el medio ambiente; un espacio de vida que nos aporte confort, relajación y que nos ayude a realizar la reconexión y regeneración diaria a nuestro cuerpo y a nuestra mente. “En España se ha construido mucho sin ningún criterio de bioconstrucción o de ahorro energético”, afirman fuentes de la empresa.
Según añaden desde Arquima, en muchas ocasiones el ambiente interior de nuestras viviendas puede llegar a ser más tóxico que el exterior a causa de compuestos orgánicos volátiles, pinturas acrílicas, plásticos, radiaciones electrónicas, falta de luz y ventilación, etc. Para evitar minar nuestra salud podemos adoptar diferentes medidas: es importante garantizar un intercambio mínimo de aire limpio durante las 24 horas del día, evitar la formación de moho, la contaminación microbiana y potenciar la iluminación natural.
“Debemos dar a los materiales y al ambiente interior la importancia que se merece y utilizarlos en nuestro beneficio. Lo importante es prevenir cualquier situación que pueda afectar a nuestro sistema inmune”. De esta forma, es recomendable utilizar materiales saludables y con propiedades higroscópicas. Entre éstos se incluyen muchos componentes recomendados para la bioconstrucción tales como la madera, las fibras naturales, los morteros de cal, evitando acabados cubiertos con barnices o productos sintéticos.
El Nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobado el 20 de Diciembre de 2019 y publicado en el BOE el 27 de Diciembre, obliga a que a partir del 1 de enero de 2021 -a nivel europeo- todos los edificios de nueva construcción, tanto públicos como privados, sean de Consumo de Energía Casi Nulo (nZEB). Un Edificio de Consumo Casi Nulo de energía es lo más parecido a un edificio diseñado y construido bajo los criterios del estándar Passivhaus y en eso se basa el documento básico de Ahorro de Energía del Nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE).
